domingo, 29 de abril de 2012

Las fases de la guerra





En el 2001, McGregor Knox editó un libro titulado The dynamics of military revolution 1300-2050. En él participaron varios autores, extraeremos las ideas de sólo dos de ellos.

William Murray y McGregor Knox sintetizaron cinco revoluciones militares en la edad moderna que al confluir crearon una magna revolución militar. Primero advierten que la idea de una revolución militar surgió entre los historiadores a partir de 1955 con la tesis de Roberts y posteriormente surgió entre teóricos militares del ejército soviético durante la década de 1960.
La primera revolución militar creó al Estado moderno en el siglo XVII y se basó en una organización militar compleja y fuerzas armadas disciplinadas. La segunda ocurrió durante la Revolución Francesa y vinculó a la guerra con la política. La tercera ocurrió a finales del siglo XVIII, se fundamenta en la revolución industrial que permitió armar, reclutar, alimentar, pagar y movilizar rápidamente grandes masas de combatientes. La cuarta sucedió durante la
Primera Guerra Mundial y combinó los efectos de las tres revoluciones militares anteriores estableciendo un nuevo modelo de guerra. La última aconteció durante la Guerra Fría con la aparición de las armas nucleares.
Con respecto a la primera revolución, para los autores, la clave reside en la capacidad para pagar un ejército, ya que de esto se desprende su disciplina, mientras que la disciplina es esencial para la creación del Estado moderno. Para validar su argumento Murray y Knox explican que la incapacidad de la corona española para pagar regularmente a sus tropas generó motines, principal expresión de indisciplina, al reinar la indisciplina en el ejército, éste no pudo utilizarse como instrumento de política exterior, lo que minó el poder de España. Los autores incluso extrapolan éste modelo para explicar el siglo XIX en toda América Latina.

Posteriormente, la Revolución Francesa hizo confluir guerra y política al convertir a la guerra en un asunto nacional que movilizaba a toda la población. Al mismo tiempo logró crear y alimentar sentimientos nacionalistas.

El tercer paso, a través de la revolución industrial, creó el material bélico necesario para sostener un conflicto.

Más adelante, durante la Primera Guerra Mundial se combinaron el poder industrial, el poder armamentista, la logística, el poder combativo y el nacionalismo. Como resultado, la guerra se expandió a un nuevo espacio, el aire con la aparición de los aviones y a una tercera dimensión tanto en el aire como en el mar, en éste último caso con los submarinos. De este modo surgían los elementos básicos que caracterizarían a la guerra en 1918, 1939-1945 e incluso después de 1991, pero notándose muchas diferencias entre 1914 y 1918 en la forma de conducir la guerra.

Finalmente, la aparición de las armas nucleares y los misiles balísticos crearon la última revolución militar, caracterizada por la garantía de la destrucción mutua asegurada.
Hay que señalar que estas ideas aparecen en el capítulo introductivo, más con la intención de orientar al lector con respecto al resto de artículos, de modo que éstas ideas pudieran no ser sus conclusiones definitivas. En ese sentido, sería injusto dar por el momento un veredicto sobre su postura teórica.

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